En esta su tercera obra escénica, y después del sabor refrescante de la anterior, “Tres desechos en forma de ópera”, Fernández Guerra penetra en el proceloso mundo de Walter Benjamin, el conturbado y pesimista filósofo alemán que el 26 de septiembre de 1940 se pegó un tiro en Portbou. El libreto, del propio autor, retrata lo más recóndito de sus pulsiones. La pretensión era “construir un arco dramático a partir de textos, muy reelaborados. Así, a modo de “collage”, se suceden impresiones que provocan sugestiones de muy diversa índole”.
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