Han transcurrido 25 años desde que se estrenó Sin demonio no hay fortuna, primera incursión en el teatro lírico del compositor Jorge Fernández Guerra. Se abría entonces una experiencia esperanzadora para la ópera española en la sala Olimpia, con un título nuevo al año en paralelo con la programación operística más tradicional del teatro de La Zarzuela. El Real se dedicaba en aquellos años a otros menesteres. Fernández Guerra cautivó con su bautizo lírico. Además rompía aguas para un desarrollo alternativo de la ópera en español, apoyándose en un libreto de Leopoldo Alas.
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