Una viajera entabla un diálogo con un mimo que encuentra en la calle al lado de tres músicos. Los ruidos de la calle dejarán paso a las voces de estos dos intérpretes, Ruth González (soprano) y Enrique Sánchez-Ramos (barítono), que acompañados por clarinete, violín y contrabajo cantarán historias, adivinanzas, y reflexiones sobre la ópera. El mobiliario reciclado incide en el carácter de esta reconstrucción operística sin grandes artificios, despojada de los fastos de los grandes coliseos y que además es hija de su tiempo puesto que parte de la financiación viene dada por crowdfunding.
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